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Ancla 1

Activismo en la ciudad:
una mirada a aquellos que
construyen tejido social

En Colombia se han vivido diferentes luchas sociales
por la defensa de los derechos humanos y el territorio,

a raíz de esto han surgido diferentes organizaciones y
líderes comunitarios que promueven acciones conscientes

en beneficio de la comunidad. Los gestores principales en

su mayoría son estudiantes, egresados, jóvenes de barrio

o artistas.

Estas son algunas historias que encontramos en la
ciudad de la eterna primavera:

Tricilab: hackers culturales

Arbey y el gordo Juan son dos líderes sociales antioqueños que se han dedicado a crear espacios que promueven la defensa de los derechos humanos y el territorio a través del arte y la cultura de barrio. La vida de cada uno, así como de muchos colombianos que le
han hecho frente a la guerra, es un ejemplo de resiliencia y resistencia.


Arbey nació en el barrio Antioquia, sin embargo, fue desplazado junto con su familia por la violencia y otros factores de la época.

Estos sucesos lo obligaron a buscar un territorio donde habitar y es así cómo en el 98 llega a Moravia donde conoce a Juan.


Juan o el Gordo, como prefiere que lo llamen, vive en Moravia, un barrio periférico de Medellín que antaño era el botadero de todos los desechos de la ciudad, y en donde mucha población migrante, en su mayoría desplazados, construyeron sus viviendas.
 

A diferencia de Arbey que vive en Moravia pero no duerme allí, el Gordo ha vivido toda su vida en esta comuna siendo testigo de la proeza de los habitantes de los barrios populares para sobrevivir entre la violencia y el olvido.


Ambos se conocieron en el barrio participando de los programas que ofrecía el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia. Uno de estos proyectos es el del Artista Plástico y docente investigador de la Universidad Nacional, Alejandro Araque, Co-creador del Laboratorio
Nómada Medial no2somos+, espacio de educación expandida, que se fundamenta en el trueque de saberes: todos enseñan - todos aprenden, quien ofreció las pautas y saberes a estos jóvenes para trabajar con y para la comunidad.

Después de terminado el proceso con Araque, Arbey, el Gordo y otros más,deciden que quieren continuar con los espacios culturales y pedagógicos, por lo tanto, crean un dispositivo móvil parecido al triciclo para movilizarse con la logística artística por varias zonas del Valle de Aburrá y qué tiempo después les permitiría recorrer otras regiones nacionales e internacionales como Perú y Ecuador.

 

Proyecto Medellín Inovation

En el año 2014 se presentan a una convocatoria de Ruta N con el proyecto Tricilab que lleva como consigna: Laboratorio Nómada Cultura Viva Comunitaria, pedaleando desde, con y para la comunidad, cuyo eje principal es el trabajo de co-creación o creación colectiva para la apropiación, transformación y resignificación del barrio y sus habitantes. Este proyecto resulta ganador y recibe varios incentivos para continuar.
 

El objetivo de estas acciones es descentralizar la oferta cultural que se da bajo ciertas condiciones y hacerla más asequible, explica Arbey. Pedaleamos llevando arte en diferentes formatos hasta los barrios más periféricos de la ciudad y a su vez integrando con propuestas a toda la comunidad, concluye.

 

Desde el mismo territorio se han creado términos y propuestas para las diferentes dinámicas pedagógicas. Una de estas propuestas es Edupunk.
 

Nosotros trabajamos en algo muy callejero que se llama Edupunk, que es básicamente hágalo usted mismo, hágalo como pueda, con lo que pueda o con lo que tenga y hágalo en colectivo que es nuestro principal enfoque, comenta el Gordo.


Así como esta actividad existen otras más como laboratorios de stop motion, cine al barrio, recorridos con sentido, huertas comunitarias, sancochocierto, escritura creativa, parche de serigrafía entre otras. Nosotros intrínsecamente hablamos de la defensa del territorio a partir de las acciones, comenta Arbey.
 

Tricilab son hackers de la cultura porque, cómo ellos dicen, rompen esos chips que se han instalado en las comunidades y los invitan a cuestionarse, reflexionar sobre su forma de habitar el territorio, trabajar en juntanza y parcharse el barrio de la mejor forma: con sentido.

La Revolución de la Cuchara

La revolución de la cuchara es proceso social creado hace 20 años por Alejandro Arango y Fabio Montoya en la ciudad de Medellín, con el fin de divulgar contenido formativo que incentive al vegetarianismo.

 

A este movimiento se une Dore Zapata, quien continuaría impulsando

y gestionando las acciones correspondientes para el proceso hasta

el día de hoy.
 

Dore es trabajadora social de la Universidad de Antioquia y Magister

en educación y derechos humanos de la Universidad Autónoma

Latinoamericana, además es madre y activista.


Dore cuenta que una de sus principales razones para volverse vegetariana fue

el darse cuenta de de cómo la ganadería financia el conflicto armado en Colombia, además, de las implicaciones políticas, sociales y naturales que tienen nuestros  hábitos de consumo.

Desde luego, romper con los patrones con los que creciste no se da de un día para otro, todo es un proceso de aprendizaje y de compartir con otros que también tienen las mismas ideas, de unirse y crear comunidad, explica Dore.

 

La Revolución de la cuchara aprovecha el boom del internet y las redes sociales para compartir información sobre el vegetarianismo a través de charlas, talleres gastronómicos y agroecológicos, además de generar espacios para el parche consciente.


En el 2013 comenzaron un proyecto al que llamaron Escuela de Activismo Ciudadanos del Mundo,que es un proceso formativo de educación alternativa donde se habla del activismo, el arte consciente, eco activismo y el liderazgo con propósito, porque trabajan también el Ser con el fin de formar ciudadanos críticos y defensores de los derechos de la madre tierra y los que habitamos en ella. Este proyecto es apoyado por la Universidad de Antioquia prestando los espacios del campus.


Lo que queremos es cambiar el Mundo desde el amor, la empatía, siendo propositivos, comenta Dore.

 

El movimiento, así como muchos otros, se sostienen con recursos propios generados a través de actividades como bazares, dinámicas en la web, juegos, uniendo fuerza con otras organizaciones amigas. No buscan alianzas con los

entes gubernamentales porque prefieren mantener su autonomía e ir en coherencia con su concepto: revolución. Consideran que algunas dependencias del Estado utilizan los procesos sociales con otros intereses,

tanto políticos como económicos.

La Revo ha tratado de vincularse con la construcción de política pública para que los temas que proponen se consideren en las agendas. En 2019 participaron en una convocatoria y ganaron. El proyecto se llamó Jóvenes para Jóvenes de la Fundación Mi Sangre, donde se abordó el tema de cómo los jóvenes aportan a la construcción de paz.


Nosotros, dice Dore, no solamente buscamos construir paz con los humanos sino que también con los animales

y la Naturaleza.

"Seamos el cambio que queremos ver en el Mundo"
Mahatma Gandhi

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Dore explica que el objetivo del colectivo es construir un mundo para todas y todos, un mundo donde los animales no humanos también sean respetados; que nos veamos de forma más amorosa, más empática incluso en las problemáticas

y empezar a transformar a través de las pequeñas acciones la sociedad para poder vivir dignamente. ¿ Tú qué puedes hacer para cambiar las cosas que no estás de acuerdo? “seamos el cambio que queremos ver en el mundo”.


Recientemente presentaron un performance en contra de la tauromaquia, apoyando un proyecto de ley que prohíbe estos espectáculos crueles, sin embargo, no fue aceptado en el congreso.


Todavía hay mucho por hacer en Colombia sobre estos temas, pero no desfallecemos, el activista es un esperanzado por naturaleza, dice Dore que hoy en día es consejera de paz por los animales en Medellín, representa al movimiento animalista en el consejo municipal de paz reconciliación y convivencia donde se tratan temas poco hablados como las afectaciones de la fauna en medio del conflicto armado.

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Shottas Medellín

Shottas Medellín surge como una iniciativa en el mundo vegano por parte Sebastian Gil y Mariana Gonzales, que pensaron en crear alternativas para apoyar a las personas en su transición alimenticia y

a su vez cuestionar y transgredir los tabúes con respecto a los hábitos vegetarianos y veganos .

 

Todo empezó con Sebastian que estaba en un proceso de transición

al veganismo. Me resultaba muy duro cambiar mi cultura gastronómica basada en la tradicionalidad donde se comía fritos, empanadas, panzerottis, chicharrón, etc, sin embargo, conocí a Mariana y ella me

fue guiando en este mundo. Comenzamos buscando información sobre el tema, nos enfocamos en las maneras de suplantar los productos de origen animal por productos 100% vegetales y comenzamos a crear nuestros propios alimentos. Recuerdo que empezamos con pasteles y empanadas- comenta Sebastian.

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Este proyecto empezó en el 2021, después de pandémia, y se fortaleció en el paro nacional con su propuesta :Olla Popular vegana. Muchas personas se interesaron por los diferentes productos que ofrecían, además de conectar con el carácter social de esta acción, así que
varias de ellas decidieron unirse ampliando el colectivo.


El nombre de Shottas es adoptado por una película que narra el estilo de vida de dos sujetos que luchan por sobrevivir en un contexto social fuerte. Shottas se basa en eso, en representar lo callejero, lo underground, lo chatarra, todo esto que se encuentra en la calle, es un concepto nuevo dentro del mundo vegano y es por eso que ha llamado mucho la atención de las personas.

“Los animales también merecen ser representados en una lucha”: Mariana González

Durante el paro nacional se compartió alimentos a la gente que no tenía que comer, todos ellos veganos; en la Olla popular vegana se impulsó este hábito con contenido pedagógico y contestatario como: “la ganadería patrocina el paramilitarismo”, o el “por qué ser vegano”.

 

Considero que los animales también merecen ser representados en un lucha y buscamos con esta propuesta que se respeten sus derechos, manifiesta Mariana.


Queremos que en la ciudad existan varios puntos de shottas donde la gente pueda encontrar diferentes alternativas de alimentación. Además, planeamos a futuro abrir un restaurante vegano, concluye.

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Red de Apoyo Popular ( RAP)

En Nuevos Conquistadores, un barrio en la periferia de la comuna 13, los niños y adultos se alegran al ver llegar a la RAP; siempre en el barrio hay algarabía

y perdura la esperanza de cambio.

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La Red de Apoyo Popular más conocida como la RAP, es un movimiento estudiantil que surge en épocas de pandemia en el auge de los trapos rojos con el fin de colocar a la juventud al servicio de las necesidades de la comunidad. Las ayudas que prestaban estos jóvenes en su mayoría eran alimentos y mano de obra.

José es estudiante de ingeniería mecánica y a trabajado desde sus inicios en este colectivo. Lidera el comité de jóvenes de la RAP y explica cómo se consolida la Red.


Sabemos que en los barrios hay mucha gente que vive del día a día, y al llegar la pandemia, el vivir, el comer para estas personas era muy difícil, así que empezamos a convocar diferentes actividades como colectas de mercados y los repartíamos en diferentes partes de la ciudad. Invitamos a muchos jóvenes a participar, muchos se unieron y se obtuvo mucha comida. La gente sabía que la situación era dura y entre todos había que apoyarse, explica José.


Durante esta época se viven situaciones complejas, por ejemplo, los trabajadores informales no podrían quedarse más tiempo en confinamiento así que deciden salir a trabajar arriesgándose a los comparendos.


José recuerda el caso de Adriana Upegui, madre de dos hijos que vendía tintos en el Parque Berrio y que se opuso a los comparendos que le hacía la policía a ella y a sus otros compañeros. La represión por parte de la fuerza pública y la preocupación

la llevaron al suicido. Así cómo está historia, hay muchas más donde se evidencia la ausencia de Estado y la necesidad de la organización colectiva para hacerle frente a estas crisis sociales.

La RAP tiene cuatro principios que le han permitido orientar el colectivo, estos son solidaridad, organización, lucha e independencia. La solidaridad es la vinculación del individuo con el otro, la organización es necesaria para la construcción de un proceso social y generar el cambio, la lucha ha permitido crear estos espacios, y la independencia se relaciona con la coherencia de sus acciones, son autónomos y entre la misma comunidad hay colaboración.

Estos principios han permitido crear otros programas como el Comedor Popular que surge en el barrio nuevos conquistadores y que está organizado por tres comités: el de niños, jóvenes y adultos, cada uno con una tarea específica.
 

El lugar de encuentro es una casa que donó un habitante del barrio. Allí se reúnen cada quince días. En estos espacios además de compartir el alimento con la gente del barrio, se dan talleres de creación, de pedagogía sobre la lucha social

y la defensa de los derechos humanos y el territorio. También se generan mingas para adecuaciones en el barrio tales

como jardines, organizar techos, escaleras etc.
 

Este proceso no busca ser un proceso asistencial. El Comedor Popular y la Red de Apoyo Popular tiene una postura y es que a través del compartir entre los compañeros y la gente del barrio vamos cada día a hacernos más críticos, más conscientes para ir transformando con nuestras propias manos el barrio, resalta José.


La RAP y el Comedor ha llegado a diferentes varios barrios como Belencito Corazón, Granizal, Nueva Jerusalén, tejiendo solidaridad, construyendo la fortaleza de la comunidad bajo la consigna: “Sólo el pueblo salva al pueblo”.

© 2023 Dynamite Team

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